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El nuevo rastro de ADN hallado en la escena del crimen de María Marta García Belsunce es una mancha de sangre que fue levantada de un trozo de alfombra de la planta alta de la casa del country Carmel de Pilar donde la socióloga fue asesinada hace 16 años, informaron hoy fuentes judiciales.

La directora del Laboratorio de Análisis Comparativo de ADN de la Asesoría Pericial de La Plata, María Mercedes Lojo, le informó a los fiscales que este nuevo patrón genético fue encontrado en uno de los dos recortes que se hicieron de la alfombra verde que cubría la planta alta de la vivienda del matrimonio Carrascosa-García Belsunce.

Las fuentes explicaron que en su momento los peritos que hicieron el levantamiento de rastros recortaron dos trozos de alfombra.

«Es una sala de estar ubicada donde terminan las escaleras que suben a la planta alta y que antecede a la entrada al cuarto matrimonial. Ahí había un sillón, una mesita con un teléfono y una ventana. Allí también se recortó el pedazo de alfombra donde aparentemente está este nuevo ADN», dijo a Télam una fuente judicial.

La hipótesis de los fiscales es que aquel 27 de octubre de 2002, María Marta llegó y sorprendió dentro de su casa a ladrones a los que enfrentó y pudo haber lastimado antes de que la ejecutaran de seis balazos en la cabeza con un revólver calibre 32.

El próximo lunes, a las 12, los nuevos imputados que tiene el expediente fueron citados para una extracción de sangre en la Asesoría Pericial de la ciudad de La Plata, ubicada en la calle 41 entre 119 y 120.

El abogado Roberto Ribas, defensor de Pachelo, pidió que no se excluya de estos nuevos estudios de ADN a los históricos imputados de la causa vinculados a la familia García Belsunce, aunque desde la fiscalía aún no se expidieron al respecto.

Por ello, pidió que también se sometan a extracción sanguínea el viudo Carlos Carrascosa , el hermano Horacio García Belsunce, el medio hermano John Hurtig, el vecino Sergio Binello y la medio hermana Irene Hurtig, pese a que ella ya fue sobreseída en la causa.

Fuente: La Nación