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Un grupo de La Guardia Imperial, la barra brava de Racing, realizó un cortejo fúnebre en el Cilindro para «despedir» a un integrante histórico de la facción que maneja la tribuna de la Academia. Los delincuentes estuvieron en la tarde del domingo en el Juan Domingo Perón, donde le dieron el último adiós a Rulo Gómez, de 55 años. El episodio pone en tela de juicio el rol de la dirigencia: alguien de la institución les abrió las puertas del estadio.

Gómez padecía HIV y sus dos hijos estuvieron involucrados la semana pasada en un tiroteo en el club Alvear, de Parque Avellaneda, en un episodio que desató la suspensión del partido entre Racing y Mitre de Santiago del Estero. Los hinchas, con los hijos del Rulo a la cabeza, irrumpieron en un asado que estaba realizando la facción oficial de la barra para solicitar que aporten un dinero para el tratamiento de Gómez. Como la cifra entregada fue insuficiente, se dio una discusión subida de tono que terminó con varios tiros al aire, un desbande general y un herido leve. Gómez, finalmente, falleció en la última semana.

Fuente: Diario Popular