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«Ayúdenme a matar un transa”. Ese fue el mensaje de Nicolás Cerrudo (20) a su grupo de amigos, quienes ahora se encuentran detenidos e imputados por los crímenes de Héctor López (27) y Federico Lomeña (31) que conmueven a Puerto Madryn. Además, les pedía que le compren cal y nafta. ¿El pago por la ayuda? Que consiga “faso”.

Cerrudo había declarado ante la Policía en el marco de la causa por la búsqueda de López, del que nada se sabía desde el 10 de diciembre. Luego, se suicidó y le dejó una carta a sus familiares donde contaba que se había implicado en una situación que ponía en peligro su seguridad. «Esto nos pasa por jugar con fuego«, sostuvo.

Los asesinatos y el suicidio de Cerrudo tienen un claro sello narco que conmueve a Puerto Madryn y el mensaje que mandó el chico sería clave para desentrañar la participación de los cinco detenidos, entre los que hay un menor.

Para los fiscales, Cerrudo participó de los homicidios de López y Lomeña, quienes aparecieron enterrados en las zonas de El Doradillo y Playa Paraná. Les habían tirado cal. Y el auto de López había sido limpiado con nafta.

A todos los sospechosos mayores de edad de participar en los homicidios les dictaron seis meses de prisión preventiva, según lo dispuso la jueza Stella Eizmendi. Para el menor, el tiempo de detención es de 90 días. Se trata de Aaron Sepúlveda, Genaro Carrizo, Giulio De Cecco, Nalib Zajur y un adolescente de 16 años de iniciales B.B.

Los fiscales Silvana Salazar y Jorge Bugueño, junto a los funcionarios Ismael Cerda y Romina Carrizo, formularon la imputación por la coautoría del “doble homicidio agravado por concurso premeditado de dos o más personas y ensañamiento”. Según Bugueño, «en caso de recaer condena, la pena única por este delito es de prisión perpetua».

La hipótesis de los fiscales es que el caso está vinculado a deudas por drogas y por eso en la audiencia pidieron que la causa sea enviada a la Justicia Federal. En esa posición coincidió la defensora oficial Natalia Murillo. Será la jueza Eizmendi quien deberá resolver la cuestión.

“Era una deuda importante. Se encontraron en una situación que los superó. El desarrollo de los hechos está vinculados a deudas económicas vinculadas al narcotráfico”, sostuvo Cerda.

Todos los que están en el caso aseguran que hubo una venganzadentro de este grupo al que todos conocían porque se dedicaban a la venta de droga bajo el sistema conocido como narcomenudeo.

La droga les llegaba desde Mendoza. La principal hipótesis de los investigadores es que los tres protagonistas de la trágica historia se habrían quedado con un cargamento y que el proveedor mendocino habría reclamado su dinero.

Una fuente cercana a la investigación le dijo a Clarín que todos eran dealers que trabajan para Cerrudo, señalado como el miembro de mayor «jerarquía» en el grupo que operaba en Puerto Madryn.

Fuente:Clarin