En medio de un gran despliegue de fuerzas de seguridad, los equipos de emergencia evacuaron hacia hospitales cercanos a los sobrevivientes en decenas de ambulancias. Por su parte el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi, se reunió con el Consejo de Defensa Nacional y declaró tres días de luto nacional por las víctimas del ataque.
Desde que el Ejército derrocó en julio 2013 al presidente Mohamed Morsi, afiliado a los Hermanos Musulmanes, el Sinaí se ha convertido en el principal foco de violencia en Egipto.
Los milicianos de Provincia del Sinaí, la filial local del ISIS, multiplicaron los atentados contra militares y policías y los ataques contra civiles para sembrar el terror en la región, que quedó semidesmilitarizada tras salida de las tropas de Israel, que puso fin a la invasión de la Península entre 1967 y los acuerdos de paz de 1979.
Los yihadistas de la región prometieron lealtad al Estado Islámico a finales de 2014 y establecieron la llamada Provincia del Sinaí del Califato en la península que limita con Israel y Gaza, y con el canal de Suez.