Aniversario del atentado a la AMIA: «Mientras vivamos en la impunidad, el dolor permanece igual que en 1994»

El presidente Mauricio Macri no asistió al acto, pero sí lo hicieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Germán Garavano (Justicia), y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj



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Con la consigna «85 vidas arrancadas. 25 años de impunidad», la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) conmemoró hoy con un acto el aniversario número 25 del atentado que el 18 de julio de 1994 destruyó su sede y mató a 85 personas.

A las 9:53, hora exacta del ataque, sonó una sirena. Como todos los años, al comenzar el acto se leyeron los nombres de todas las personas que murieron en el atentado, se encendió una vela y se colocó una rosa en su memoria. Un video antecedió el discurso del presidente de la AMIA, Ariel Eichbaum.

«Veinticinco años después de uno de los instantes más traumáticos en la historia de nuestro país, tenemos el corazón y el alma con el mismo dolor que nos dejó la bomba asesina», sostuvo. «Veinticinco años después nos preguntamos cuál es el origen del odio que lleva a un grupo de personas a idear, planificar y ejecutar un atentado terrorista con el solo objetivo de destruir la vida de otros seres humanos, a quienes eligieron como blanco de sus ideas fundamentalistas», agregó.

Además, el presidente de la AMIA se refirió a la cooperación internacional en el esclarecimiento del atentado. «Necesitamos que toda la comunidad internacional entienda que estas personas son buscadas por la Justicia argentina, para que rindan cuentas», sostuvo.

«Sin el apoyo de todos y cada uno de los países, se seguirán burlando de nosotros y seguirán impidiendo que tengamos Justicia», agregó.

Conducida por el periodista Fernando Bravo, la conmemoración central convocó a sobrevivientes del atentado, familiares de víctimas, funcionarios y representantes diplomáticos, dirigentes comunitarios y otros referentes. También hubo música a cargo de Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto.

Fuente: La Nación



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