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Un 4 de octubre de 2009 se produjo un gol que entraría en la historia del fútbol. En la Bombonera, Martín Palermo iba a marcar uno de los goles de cabeza más increíbles del mundo en el 3-2 de Boca a Vélez.
Aquella tarde, el Titán agigantó su figura con un gol de cabeza apenas pasando la mitad de cancha que además sirvió para el triunfo xeneize.
Iban 28 minutos del segundo tiempo cuando Germán Montoya, arquero de Vélez rechazó la pelota. El rebote le cayó justo a Palermo, quien le dio un frentazo seco al balón. El recorrido fue impactante y el pique en el césped le dio la curva perfecta al esférico, que se metió en el fondo del arco.
Los hinchas de Boca no podían creer lo que estaban observando y festejaron como nunca la nueva conquista de su goleador. Los de Vélez, que ocuparon la tercera bandeja, no salían de su asombro y sólo atinaban a tomarse la cabeza y taparse la cara.
Palermo, el goleador histórico de Boca, el héroe de cada gesta xeneize lo había hecho de nuevo.
Fuente: 442