50 años después: el regreso de la mujer que cambió la historia del atletismo

Kathrine Switzer fue la primera mujer que compitió oficialmente en la histórica maratón de Boston, a pesar de que la quisieron sacar a empujones por estar insólitamente prohibido. Cinco décadas más tarde, volvió a recorrer el circuito que la convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres.



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La imagen registrada el 19 de abril de 1967 grafica el momento social que transcurría. Un hombre tratando de sacar a los empujones a una mujer de una carrera. No le permite formar parte del colectivo que compite en la histórica maratón de Boston. El agresor es Jock Semple, el director de la tradicional carrera estadounidense; la mujer, Kathrine Switzer, una joven que se convirtió en un símbolo en la lucha por los derechos de las féminas.

«Sal de mi carrera y entrégame tu camiseta», ni el crudo grito de Semple la aminoró. Con solo 20 años, la estudiante de periodismo mostró una templanza ejemplar para desafiar a los conceptos predominantes en la sociedad, a derrumbar los límites impuestos para el género, diferencias que se repetían en cualquier estrato social y en cualquier contexto, desde lo laboral hasta lo deportivo. «Instintivamente giré mi cabeza hacia los lados y me encontré con la mirada más malvada que haya visto. Un hombre, un hombre enorme, mostraba los dientes, y antes de que pudiera reaccionar tomó mi hombro y me sacudió hacia atrás, gritándome», reconoció tiempo después.

Las mujeres no tenían permitido participar en carreras de más de 2,5 kilómetros. Para evitar la prohibición se inscribió con sus iniciales (K.V.) precedidas de su apellido. El incidente irrumpió el desarrollo, pero no pasó a mayores, ya que su novio, el jugador de fútbol americano Tom Miller, impidió junto a varios amigos que Semple pueda lograr su cometido.

La ocasión para el regreso era perfecta. En al edición 121 y 50 años después de aquella hazaña que le abrió las puertas a cientos de atletas, volvió a recorrer la prueba. Para decorarlo, utilizó el mismo dorsal: el 261. Con 70 años y 39 carreras a cuestas, transitó los 42,195 kilómetros en 4 horas y 44 minutos -terminó octava en su categoría de edad- para ratificar sus notables condiciones, a pesar de que su última carrera había sido hace seis años. En su haber ostenta haberse coronado en la maratón de Nueva York, en 1974, además de un segundo puesto en la mismas calles de Boston al año siguiente. Pero la historia la recordará como la pionera que rompió las barreras para miles de mujeres que posteriormente se avocaron a un deporte en pleno auge.

Fuente: Infobae

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