Catupecu revisa su historia en un lujoso boxset con doble CD y dos DVD

El grupo Catupecu Machu el próximo 1 de noviembre actuará en el Festival Clandestino de Cultura Rock y Reggae 



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El grupo Catupecu Machu el próximo 1 de noviembre actuará en el Festival Clandestino de Cultura Rock y Reggae 




Bajo el título «Veinte años. El grito después» sale un libro con fotos inéditas, sumado a un CD que compila las grandes canciones de la banda, otro que incluye Lados B, canciones que nunca vieron la luz, tomas descartadas y versiones raras.

Uno de los DVD contienen filmaciones inéditas de los inicios del grupo cuando lo integraban los hermanos Gabriel y Fernando Ruiz Díaz y los hermanos Mariana y Marcelo Baraj.

Ensayos, conciertos en fiestas, donde comienzan a aparecer músicos que luego se sumaron a Catupecu como Javier Herrlein, Abril Sosa y el actual baterista Agustín Rocino.

Mientras componen y preparan material para un disco nuevo, los Catupecu repasan un poco su historia, cargada de fuertes episodios, según contó Fernando Ruiz Díaz en una larga charla con Télam:

-¿Hacen un lanzamiento  super lujoso con un libro de fotos, dos CD y dos DVD para revisar 20 años?

-Es un recorrido de lo que hicimos, no sé si definirlo como una larga carrera, porque me parece que ayer empezamos y a la vez creo que hace mil años, son muchas vidas. Pero lo importante es que  tenemos mucho presente y mucho futuro.

-Revisar el material para el libro y los DVD fue revisar tu vida. ¿Cómo te sentiste?

-Cuando empezamos a ordenar el material fue la primera vez que me enfrenté a esas cosas. Lo más fuerte fue que sentía que el destino nos había devuelto a Gaby por un rato, fue muy loco y fuerte, llegar a la parte del accidente. Fue muy loco ver que habíamos hecho todo esto, cosas que ni nos acordábamos.

-El material de los DVD es impresionante. ¿Cómo reunieron todo el material?

-Nosotros filmábamos porque yo tenía dos cámaras Super VHS, ya que filmaba fiestas y casamientos, además no era costumbre filmar en ese entonces. Filmábamos de todo, eventos, muchas cosas y con eso iba grabando.

Hay cosas como una parte en la película que estamos en El borde de Temperley tocando ante muy poca gente. A todas las etapas las recuerdo como algo tremendo. Momentos donde todo sale del riñón y en un punto hay un cariño hacia todo, un reencuentro con algo de un inicio de dos hermanos, los Ruiz Díaz y otros dos hermanos, Marcelo y Mariana Baraj, y eso es tremendo. Siempre fuimos una familia, cada integrante que se fue sigue vinculado afectivamente a nosotros y los que fueron llegando, ya daban vueltas alrededor de la banda. Eran amigos.

Siento profundo cariño por todos los que formaron esto, Borges dijo algo que me mató por más que no haya leído porque no leo para que no me influya. Pero decía que tenía amigos y no necesitaba verlos todo el tiempo o algo así.

-¿Siempre fuiste un animal de rock, siempre estabas metido en el rock como asistente, fan o músico?

-Yo desde muy chico iba a Cemento, fui plomo cuando tenía 16 años. Vi a Sumo, Fricción, la Organización Negra, y a Massacre, que es una banda que amamos y que Gaby ama. Gaby siempre decia ‘hay que hacer justicia con Massacre, es una gran banda. Y era así. Por eso disfrutamos tanto hacer el cover de «Plan B», que ayudó a que Massacre llegara a todas partes y que la gente conociera a un tipazo como Wallas.

Me acuerdo de estar en Cemento ayudando a una banda amiga llamada Misión Complot, gente comiendo choripanes y Katja Alemann subida a un caballo media en bolas como Lady Godiva.

El under es lindo para vivirlo, tiene partes hostiles, pero es  alucinante y se lo deseo a todo artista. Hoy veo bandas que graban un disco antes de hacer shows. Y no es bueno, hay que tocar mucho en vivo antes de grabarlo. El under te va a dar vivencias impresionantes y te va a permitir conocer gente que te va a ayudar a crecer como músico. Y si no tocás en el under, no los vas a conocer.

-El vertigo y los excesos siempre fueron parte de Catupecu. También la energía y la ansiedad.

-Catupecu ama el quilombo pero también la quietud, la quietud no existe, está formada  de átomos, partículas en contacto, existe una forma de quietud, vos desconectás cuando dormís pero seguís bombeando.

Pero en referencia a lo que señalás, somos conscientes de que pasó lo de Gaby y de que pueden pasar mil cosas por vivir a mil. Me pudo pasar a mí y lamentablemente le paso a él.

-¿Cómo fue reemplazar al Gaby Catupecu, que era el ingeniero y productor de la banda, y cómo fue vincularse con tu hermana en la situación que se encuentra tras el accidente?

-El lugar de ingeniero y de productor ahora lo ocupamos con Macabre, que sabe mucho de máquinas, tiene un espíritu inquieto, y siempre acompañaba a Gaby en toda la preparación de los discos. Yo también tuve que hacerme cargo de algunas cosas.

-Pero Gaby era el que te paraba la moto y te decía tal canción o tal disco tiene que ir para tal lado.

-Sí, es verdad. Discutíamos relindo en el estudio. Yo tuve que bajarme y escuchar a los chicos, que me dicen ‘Fer pará, esta canción debe ir para tal lado’. Y es bueno aceptar muchas cosas, la mirada de los otros, porque sabés que es en beneficio de Catupecu.

Y en lo personal, tuve que resignificar mi relación con Gaby, como el surfeaba, un día dije me voy a México a encontrarme un chamán para que me enseñe surf y lo hizo. Las olas son las únicas manifestaciones, el mar es la única manifestación de que viene una ola y podés subirte arriba y sentirla es una locura. Estuve un mes y medio ahí, en el Pacifico. Estuve escribiendo y haciendo eso. Nada más y así, con cada cosa, me acerco a Gaby, cuando nos sentamos todos a tocarle canciones o a mostrarle canciones.

Por ejemplo nuestros proyectos paralelos como el de una banda de metal y punk que armamos entre todos y con amigos, donde tocamos covers de Ramones, Iggy Pop y otras bandas, lo empezamos tocándole a Gaby canciones de otros artistas.

-¿Pero con el paso de los años, te tomás días y semanas de calma?

-Un cuestión que tiene que ver con la música y que me ha dado mucho espacio para la calma, es cuando tengo que escribir, cuentos, letras de canciones, poemas. Me pasa en los viajes, me encierro y me pongo a escribir. Hay cosas que son canciones de una, canciones que hago derecho, momentos en que me voy al muelle de Pescadores o el Paseo de la memoria, cerca de Ciudad Universitaria y me pongo a escribir. Es mi manera de sentir que la sangre circula.

Fuente: Telam.com.ar

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