El teatro, el cine y la música tuvieron un 2014 plagado de adioses

El año que se va dejó un enorme vacío a partir de las muertes de personajes de la talla de Alfredo Alcón, Gustavo Cerati, China Zorrilla, Raúl Carnota, Paco de Lucía, Roberto Gómez Bolaños y Horacio Ferrer, pero también hubo otras importantes figuras que dijeron adiós.



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El año que se va dejó un enorme vacío a partir de las muertes de personajes de la talla de Alfredo Alcón, Gustavo Cerati, China Zorrilla, Raúl Carnota, Paco de Lucía, Roberto Gómez Bolaños y Horacio Ferrer, pero también hubo otras importantes figuras que dijeron adiós.




En febrero, por caso, se fueron el trovador cubano Santiago Felíú (el 5, a los 51 años y a causa de un infarto) y el cineasta argentino Jorge Polaco (el 20, a los 67 años).

Santiago, hermano menor de Vicente que fue uno de los fundadores del Movimiento Nueva Trova Cubana junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, aportó su lirismo rabioso y un sonido eléctrico, también abonado desde su peculiar toque de zurdo en una guitarra a la que no le modificaba el orden de las cuerdas.

Con esa impronta y un cancionero en el que destacan «Para Bárbara», «Mi mujer está muy sensible», «Búscame (sobrevolando un sueño)» y «Ni las soledades», se convirtió en un inspirador puente intergeneracional que ligó a aquellos impulsores con nuevas voces, como las de Gerardo Alfonso, Carlos Varela, Frank Delgado y Kelvis Ochoa.

Polaco se fue luego de una carrera particularísima como director de cine no siempre comprendida y a partir del corto «Margotita» (1983) y el largo «Diapasón» (1986) instituyó una estética de lo mórbido, decadente y en vías de descomposición.

Persona de una cultura renacentista y una suerte de Peter Greenaway criollo, amigo de las ambigüedades y los guiños al espectador, tuvo un sonado juicio legal cuando fue prohibida por razones morales su película «Kindergarten» (1989), que tenía un elenco prestigioso integrado por Graciela Borges, Arturo Puig y Luisa Vehil.

El resto de su carrera fue menos notoria, con títulos «mal hechos» adrede, como «La dama regresa» (1996), con una Isabel Sarli muy otoñal, la incomprendida «Viaje por el cuerpo» (2001) y las finales «Arroz con leche» (2009) y «Príncipe azul» (2013), que vio poca gente. También dirigió teatro.

El 29 de abril, murió la rosarina Norma Pons (70), una vedette de cuerpo espectacular que compartió el escenario del Maipo con su hermana Mimí, para luego lucirse como comediante junto a Antonio Gasalla, estudiar con el maestro Agustín Alezzo y revelarse como interesante actriz de texto en «Fin de semana», de Noel Coward, dirigida por China Zorrilla, y en «Cocinando con Elisa», de Lucía Laragione, por Villanueva Cosse.

En el cine apareció a raíz de su belleza -en «El bulín» (1969), junto a Norman Briski y Fidel Pintos y en «La noche viene movida» (1980), entre otras-, pero a partir de «Sotto voce» (1996) y en «Franzie» (2010) y «El pozo» (2012) su categoría había prosperado.

En los escenarios enfrentó diversos compromisos, algunos muy serios y algunos muy comerciales, y terminó su trayectoria como la madre en «Bernarda Alba», de Lorca, una obra que el muy exitoso director José María Muscari nunca entendió y que a ella le reportó, entre otros, el premio Estrella de Mar.

Otra figura que partió fue Virginia Luque (86), en junio, actriz y sobre todo intensa intérprete del tango, conocida como «la estrella de Buenos Aires», que tuvo su gran momento entre la década de 1940 y la de 1960, aunque nunca dejó los escenarios del canto.

El cine la contuvo en películas como «La guerra la gano yo» (1943), «Un tropezón cualquiera da en la vida» (1949), «Buenas noches, Buenos Aires» (1964) y «Café de los Maestros» (2008), donde actuó junto a Pepe Arias, Alberto Castillo, Luis Sandrini, Arturo de Córdova, Tita Merello, Hugo del Carril, Julio Sosa, Ramona Galarza, Tito Lusiardo y figuras afines.

El rubro actoral sufrió también la pérdida del platense Carlos Moreno (75, en marzo), el exgalán y buen comediante Ricardo Bauleo (73, en abril), Alejandra da Passano (66, en junio) y Vilma Ferrán (73), Leopoldo Verona (82) y Arturo Goetz (70, los tres en julio).

Entre los músicos que se marcharon no puede obviarse el accidente automovilístico que en septiembre truncó la joven vida de Carlos «Negro» García López, un guitarrista esencial del rock argentino que tocó con casi todos y adquirió notoriedad como integrante de la banda de Charly García.

La bailarina Iris Scaccheri (64), nacida en La Plata, dijo adiós en julio, luego de una carrera restallante en la que fue comparada con Pina Bausch y un retiro voluntario de muchos años, en tanto el cineasta Humberto Ríos (84), nacido en Bolivia y con trayectoria netamente argentina, lo hizo en noviembre.

El comediante uruguayo Eduardo D’Angelo (75, en octubre) dejó este mundo en el que fue conocido como «El hombre del doblaje» y por haber actuado en programas como «Telecataplum» y, como la muerte no perdona a la juventud, se llevó a las actrices Mariana Briski (48, en agosto) y Déborah Warren (55, en octubre), muy lamentadas.

Fuente: Telam

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