Leonardo Ponzio, a juicio oral por el supuesto arreglo de un partido en España

El capitán de River, junto a otros dos argentinos, están imputados por consentir el arreglo de Zaragoza, que evitó el descenso, y Levante en 2011



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Treinta y seis futbolistas pertenecientes a Zaragoza y Levante serán juzgados por el presunto arreglo del partido disputado el 21 de mayo de 2011, correspondiente a la última jornada de la Liga y cuyo resultado (victoria por 2-1 en condición de visitante) garantizó la permanencia en la elite del primero de los clubes citados. En la nómina de imputados aparecen los argentinos Leonardo Ponzio (el capitán de River), Nicolás Bertolo y Leonardo Neorén Franco así como los uruguayos Christian Stuani, Carlos Diogo y Gustavo Adolfo Munúa, además de entrenadores, directores deportivos y dirigentes.

 

La Fiscalía Anticorrupción, por entonces a cargo del fiscal Alejandro Luzón, había presentado en diciembre de 2014 una querella que imputaba a 42 miembros de ambos clubes por la presunta corrupción deportiva. En la causa se citaba que el director deportivo Antonio Prieto Martínez, el entrenador Javier Aguirre y los tres capitanes del equipo de Zaragoza -Gabriel Gabi Fernández, Jorge López y Leonardo Ponzio- resolvieron arreglar el partido -con la anuencia del resto de los jugadores- para evitar el descenso a la Segunda División. En consecuencia, habrían enviado a los futbolistas de Levante una suma estimada en 1.200.000 dólares.

Todos los implicados -al ser interrogados- negaron el hecho, tanto en sus presentaciones en la Fiscalía como ante la jueza Isabel Rodríguez, del juzgado N° 8 de Valencia, quien posteriormente archivó la causa. Sin embargo, la misma fue reabierta el pasado 25 de enero por la Audiencia Provincial valenciana tras el recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía, la Liga de Fútbol Profesional y el Deportivo La Coruña, que por el resultado de ese partido perdió la categoría y ahora exige -al menos- una compensación económica. Irán al juicio oral, que se establecerá dentro de los próximos seis meses.

Como pruebas figuraron el reparto de 965.000 euros que Zaragoza ingresó en las cuentas bancarias de nueve de sus futbolistas junto con las del DT y el director deportivo, cuatro días antes de disputarse el partido. Los investigadores sospecharon que una vez retirado el dinero de esas transferencias bancarias, los jugadores se los devolvieron a los dirigentes para ser posteriormente entregados a sus pares de Levante. En ese sentido, se tuvo en cuenta la «inconsistencia en las declaraciones» de los futbolistas de Levante, quienes redujeron ostensiblemente sus gastos -en igual período, respecto al año anterior- y sostuvieron «haber vivido con sus padres», «pasado las vacaciones en la casa de sus familiares» o «en préstamos de amigos personales».

En su descargo, Gabi Fernández (actualmente es el capitán del Atlético de Madrid) explicó que extrajo 90.000 euros de su cuenta y se los entregó en mano a Agapito Carmelo Iglesias García (por entonces el presidente de Zaragoza) en un restorán con la excusa de ayudar en la compra de entradas y el pago de los gastos del traslado de la hinchada.

Otro hecho relevante fue que Zaragoza había registrado los 950.000 euros en su propia cuenta, bajo el rótulo de «Paga Extra», sin especificar el destino.

¿Cuál sería la pena? Por el delito de «alterar de manera deliberada y fraudulenta el resultado de una competición deportiva profesional», según consta en el Código Penal, correspondería una sanción estimada entre seis meses y cuatro años de prisión además de una multa económica y la inhabilitación de uno a seis años.

 

Fuente: Clarín