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Del fastidio de Pablo Carreño Busta a la alegría de un espectador. El español, segundo favorito del Abierto de Buenos Aires, abrió la jornada en la cancha central del Guillermo Vilas. Inesperadamente cayó por 7-6 (7-5), 1-6 y 7-6 (8-6) ante su compatriota Guillermo García López, número 69 del mundo y, en un acto de furia, revoleó su raqueta por el aire cuando perdió el partido.
Un hombre del público que fue al Buenos Aires en búsqueda de admirar buen tenis y que, de yapa, se quedó con la raqueta del número 10 del mundo.
La situación, en realidad, fue más azarosa para el hombre de remera negra que tendrá una gran historia para contarle a sus amigos. Cuando el español perdió el punto, la raqueta cayó sobre un aficionado que -automáticamente- se la alcanzó al hombre de seguridad que se acercaba para reclamársela. Ante la vista de todos, cuando el seguridad se la quiso devolver a Carreño Busta, éste se negó con la cabeza y él mismo se la dio a otra persona que miraba la situación.
Por el lado del español, semifinalista en Flushing Meadows, el gesto fue noble luego de haber revoleado la raqueta, actitud que le provocó algún reto por parte de la organización del Abierto por su irascibilidad ante la derrota. El hombre se habrá lamentado por la caída del español que llegaba con mucha expectativa al certamen, pero nadie le quitará el «souvenir» que se llevó de Palermo.
Fuente: Clarín
