Con la final de la Copa del Rey en juego, allí ya esperaba el Sevilla, que ayer ganó con goles argentinos, la segunda semi se jugó con intensidad. A los seis minutos, el local generó la primera chance de gol, mediante un remate de Coquelin a las manos de Cillessen.

A pesar de no poder convertir, Messi estuvo muy activo durante el partido y tuvo dos tiros libres en la puerta del área. El primero de ellos obligó al arquero Domenech a estirarse hacia su izquierda para sacar la pelota con los puños, mientras que el segundo tiro terminó en la barrera.

A los 13 minutos, un cabezazo de Rodrigo dio en el travesaño y, uno después, el argentino Luciano Vietto probó con un remate que se fue desviado. Poco después, a los 27, Rodrigo sorprendió con un remate lejano que, con lo justo, paró Cillessen, muy atento en el arranque frenético del partido.

El primer tiempo se cerró con otra ocasión para el Valencia de pasar al frente y forzar la prórroga (con el 1-1 global). Sin embargo, el tiro de Geoffrey Kondogbia, casi sin ángulo y presionado por Cillessen, pegó en la parte externa de la red.

Con ese panorama, Valverde tenía que cambiar algo y lo encontró en el banco: puso a Philippe Coutinho por André Gómez. En un encuentro entre dos ex Liverpool, Suárez picó por izquierda, se desmarcó de Ezequiel Garay y mandó el centro que cruzó toda el área para que el brasileño se estirara y marcara el 1-0 en cuatro minutos del segundo tiempo.

El gol le dio tranquilidad a Barcelona y llenó de desesperación a Valencia, que además sufrió lesiones de jugadores importantes: primero, Rodrigo tuvo que dejar la cancha; poco después, a 20 del final y visiblemente dolorido, Ezequiel Garay sintió un fuerte dolor muscular al exigirse para incomodar un remate de Rakitic.

Esa chance perdida no iba a ser la última oportunidad para el croata. A los 38 minutos, con el arco libre, Rakitic recibió de Suárez y sacó el remate preciso que Domenech no pudo contener. 2-0 y partido (y serie) liquidada en el Mestalla.