José Pékerman, del retiro prematuro a la idolatría en Colombia.

En 1978 se marchó de Medellín, con una lesión de rodilla que cerró su carrera de futbolista. Pero volvió al país en 2012, para brillar en su primer ciclo y reafirmarse como seleccionador colombiano.



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En 1978 se marchó de Medellín, con una lesión de rodilla que cerró su carrera de futbolista. Pero volvió al país en 2012, para brillar en su primer ciclo y reafirmarse como seleccionador colombiano.




El titular del fútbol colombiano habló por el pueblo. El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, dijo que la renovación de José Pékerman siempre fue «el plan A, B y C para el cargo» de seleccionador. El país lo ama, se rinde a sus pies.

Pero su historia con el país que hoy lo adora viene de lejos. Jugó en el Independiente Medellín entre 1975 y 1978. Era un mediocampista de marca, buen recuperador de balones, corría los noventa minutos y tenía gran visión del campo. Vanessa, su hija mayor, nació por esos años de futbolista.

Jugó hasta que una lesión en una de sus rodillas terminó con su carrera como jugador a los 28 años. El volante de las medias caídas, cabello dorado y cintas de tela en la rodilla tuvo que decir adiós al fútbol profesional muy temprano. Su carrera como jugador estaba acabada. Tuvo que lidiar con problemas económicos que lo llevaron incluso a trabajar como taxista.

Pero Pékerman volvió a conectarse con el fútbol pero como entrenador, y se transformó en un especialista formar cracks en las selecciones juveniles argentinas. Levantó la Copa del Mundo Sub-20 en Qatar, Malasia y Argentina, lo que le dio espalda para ser llamado para dirigir la selección Argentina en el Mundial Alemania 2006.

Tras dos años sabáticos en los que hizo oídos sordos a ofertas para dirigir las selecciones de Estados Unidos, Australia, Japón y Chile, el entrenador argentino recaló finalmente en la selección de Colombia en 2012.

Su principal objetivo era volver a clasificar a la selección para un mundial después de 16 años. Pero su capacidad se mezcló con una generación dorada de jóvenes talentosos y desembocó en los cuartos de final de la última Copa del Mundo.

Su trabajo fue valorado y la extensión de su contrato se trasformó en cuestión de Estado. Pero a Pékerman no le gusta improvisar y la euforia no iba a ser suficiente para renovar de inmediato, sin estudiar el panorama.

Mientras el público colombiano esperaba con expectativa e ilusión poder seguir contando con el hombre que escribió la mejor página en la historia de los mundiales para ese país, él mantuvo el perfil bajo.

Ni las versiones que lo situaban al frente de Argentina, otras selecciones y clubes, lo movieron de su sitio. Fue puro silencio, una postura que tampoco rompió tras el anuncio de renovación de la Federación.

Comienza una nueva etapa, con un contrato de cuatro años, hasta el 2018. Pekerman tendrá como grandes objetivos preparar al equipo para la Copa América de Chile 2015 y las eliminatorias para el Mundial Rusia 2018.

Pero mientras llegan las competiciones, su reto inmediato será el partido amistoso del próximo 5 de septiembre con Brasil en Miami, en el que Colombia tendrá la oportunidad de revancha de la eliminación mundialista. Otra revancha para Pékerman, que se vengó de aquel retiro prematuro con una idolatría.

Fuente: Infobae

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