La Argentina busca la consagración, la última materia de los chicos del Sub 20

Ante Uruguay, el seleccionado buscará en el mítico estadio Centenario conseguir el título y lograr el pasaje a los Juegos Olímpicos.



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Ante Uruguay, el seleccionado buscará en el mítico estadio Centenario conseguir el título y lograr el pasaje a los Juegos Olímpicos.




El Río de la Plata, esta vez, divide. Los 219 kilómetros que lo convierten en el más ancho del planeta agigantan la frontera cuando de fútbol se trata, y mucho más si la Argentina y Uruguay quedan mano a mano en la definición de un título. El estadio Centenario, un escenario emblemático, consagrará esta noche un campeón al final de la última jornada del hexagonal del torneo Sudamericano Sub 20 . El vencedor, además, obtendrá la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y, en ese rubro, la selección saldrá a la cancha con ventaja, porque ya se aseguró, aun perdiendo, disputar el repechaje frente a un rival de la Concacaf para conseguir el boleto que la lleve a la cita del próximo año en Brasil. Es el último premio de un certamen que ya ofreció recompensas, como los cuatro cupos para el Mundial de Nueva Zelanda, donde estarán presentes la Argentina, Uruguay, Brasil y Colombia.

Argentinos y uruguayos están a 90 minutos de la gloria, deseosos de entrar en la historia. El calendario dejó cara a cara a los ganadores de las etapas de grupos, que se desarrollaron en Maldonado y en Colonia. Un guiño del destino para aquellos que resultaron los mejores, desde el comienzo hasta el final.

Dos equipos agresivos, con diferentes fórmulas de juego e identidades futbolísticas, pero que siempre miraron el arco de enfrente. Dos selecciones que se destacan por el poder de fuego. De mitad de cancha hacia adelante demostraron estar varios escalones por encima del resto. Tienen desequilibrio, voracidad e individualidades explosivas que por sí solas pueden ganar un partido, modificar el desarrollo.

El recorrido de la Argentina fue de menor a mayor, posiblemente porque la jerarquía de los rivales provocó que la exigencia resultara de ese modo. Superó con holgura la rueda inicial, con contundencia, pero sin convencer futbolísticamente. Fueron los días en que el equipo se encendía y apagaba, con peligrosas lagunas que no lo hacían confiable. Cuando debió esforzarse, relució la mejor versión. La selección combinó fortaleza anímica para resolver situaciones comprometidas, como frente a Colombia; estrategia y convicción para vencer a Brasil; goles y autoridad para desembarazarse de Paraguay, el único que lo sorprendió y venció, y Perú. Uruguay es el máximo escollo camino a la corona, un conjunto dinámico, intenso, con apellidos que sedujeron al público -se estima que más de 45 mil charrúas acompañarán en las tribunas- y motivaron que la miradas de los reclutadores de los principales clubes europeos se movieran para asegurarse a las posibles futuras estrellas.

Los antecedentes recientes obligan a poner la lupa en la disciplina, ya que en el campeonato Sudamericano Sub 17, en San Luis, hace dos años, el desenlace resultó un bochorno, con burlas, desmanes y agresiones. Una inconducta sería un acto irresponsable, que perjudicaría la presencia de los juveniles en la Copa del Mundo de Nueva Zelanda. El árbitro Ricardo Marques, de Brasil, fue designado por la organización para dirigir el encuentro definitorio. A la Argentina la arbitró en el debut, frente a Ecuador. «Lo que más me importa es que mañana [por hoy] no haya problemas. De parte nuestra, no hay pica», advirtió el técnico Humberto Grondona.

Desde que finalizó el partido con Colombia, que obliga a Uruguay a ganar para ser campeón, el lema de los charrúas fue «ganar como sea», una frase que lanzaron los jugadores y que se repite en la gente.

La clasificación a los Juegos Olímpicos del año venidero generó controversias, ya que quizá ninguno de estos juveniles, de clasificarse, posiblemente juegue en Río de Janeiro, ya que se trata de un certamen Sub 23. De conseguirlo, la gloria sería por ellos y por otros. El técnico dejó entrever su pensamiento respecto de esta situación: «Si nos clasificamos, lo lógico es que dirija el técnico de la selección mayor, no cualquiera», sentenció Humberto Grondona.

Argentina y Uruguay, un partido en el que todos quieren vestirse de héroes, pero que tiene espacio para un solo festejo.ß.

Fuente: Cancha Llena



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