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El gobierno de Mauricio Macri rechazó el llamado unilateral a elecciones presidenciales adelantadas en Venezuela, exigió que Nicolás Maduro «reconsidere» la convocatoria y afirmó que, si los comicios no son «transparentes», el resultado carecerá de «toda legitimidad y credibilidad». Además, afirmó que las Naciones Unidas deben expresarse sobre la gravedad de la crisis en ese país.

La Argentina fue uno de los firmantes de la declaración del Grupo de Lima sobre la situación en la nación caribeña, que empeoró en las últimas semanas con un éxodo de venezolanos hacia otros Estados latinoamericanos para escapar de la fuerte crisis institucional y humanitaria.

En el comunicado, difundido anoche, la Cancillería argentina, a cargo de Jorge Faurie , se suma a Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía en el reclamo para que Maduro revea su decisión de convocar a unas elecciones que prácticamente le aseguran una victoria cómoda al chavismo ante una oposición fragmentada o proscripta.

«Se trata de una emergencia humanitaria, social, sanitaria, falta de acceso a los alimentos y medicamentos, lo que genera todo tipo de éxodos», dijo Faurie, quien remarcó la preocupación del Gobierno por «la falta de libertad civil, de libertades políticas, la no vigencia de la democracia y la existencia de presos políticos».

La declaración es una muestra más de la presión diplomática que los países del continente ejercen sobre el gobierno venezolano, que hasta ahora hizo oídos sordos a cada uno de los reclamos regionales, salvo la realización de las negociaciones con la oposición en Santo Domingo, que terminaron siendo infructuosas.

Pese a la falta de resultados, la Argentina continuará presionando al gobierno chavista políticamente ante la imposibilidad de imponer algún tipo de sanción por la debilidad del vínculo comercial. En el Gobierno aseguran que se está trabajando «fuerte» para que Caracas habilite la entrada de ayuda humanitaria, aunque autorizarlo sería reconocer la gravedad de la crisis.

Según Faurie, el próximo paso sería que las Naciones Unidas intervenga con una declaración que encienda las alarmas sobre la realidad venezolana. «A nivel de votación en la asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) no se logra el apoyo numérico suficiente [para emitir una resolución] porque todavía Venezuela continúa dando una asistencia mínima en materia de petróleo y financiamiento a los países del Caribe», dijo. Y cerró: «En el momento en el que nos encontramos quien tiene que intervenir es Naciones Unidas, que tiene la facultad para declarar que se está frente a una emergencia social y humanitaria».

Fuente: La Nación